Vitoria-Gasteiz Arqueológica.


 
 

 

Arkeologi Ikerketa-Investigación Arqueológica.

 

A.3. AÑANA.


A.3.1.
HIRIGUNE HISTORIKOA / CASCO HISTÓRICO.

A.3.1.1. Travesía de la Fuente, 2. Parcelas 217 y 218.

Dirección: Leandro Sánchez Zufiaurre.

Financiación: BIBAT Museo de Arqueología de Álava.

 

The construction of a social centre in the centre of Salinas de Añana enabled the discovery of a wine cellar dug into the rock. The cellar was covered and its existence was hitherto unknown.


En el solar ubicado en la confluencia de las calles Revilla al sur y La Fuente al este, se derribó un edificio para la construcción de un local social.

En el transcurso de las obras se apreció la existencia de un hueco en el suelo, cubierto por rellenos.

Desde el Museo de Arqueología de Álava se prescribió el control de las obras.

Los restos que han provocado esta intervención se concretan en una estructura circular, excavada en la roca bajo la calzada de la calle de la Fuente, de aproximadamente 150 cm. de diámetro a nivel de superficie.

Se comenzó a vaciar mecánicamente mediante el uso de una máquina retroexcavadora de mediano tamaño, observándose en el estrato retirado la aparición de todo tipo de elementos contemporáneos (cascotes, plásticos, una alpargata), y la aparición de filtraciones subterráneas de agua.

El estrato que rellenaba el hueco era siempre el mismo, saturado de agua, con brea y objetos modernos.

Tras la limpieza y el bombeo del agua de las filtraciones se llegó al fondo de una estructura de gran tamaño, de suelo plano, con un rebaje circular en el centro y paredes abocinadas, con un pasadizo excavado en la roca en dirección Norte, que termina con cuatro escalones y un vano en forma de puerta tapiada con piedras y ladrillos.

La función de la estructura excavada nos es desconocida, pero podría realizar labores de bodega o almacén; cuenta con dos entradas, una por la puerta tapiada al norte, y otra cenital, por la abertura circular utilizada para su excavación. Para su amortización se selló la puerta del norte y se rellenó la estructura con escombros para evitar su derrumbe.

Desconocemos la fecha de construcción de esta bodega, ya que los materiales de la amortización son muy modernos y sus características no permiten un acercamiento cronológico.

En la actualidad, este espacio se ha aprovechado como sótano del local social que se ha construido.

L. Sánchez Zufiaurre

Travesía de la Fuente, 2. Arriba izquierda: aspecto durante la excavación. Arriba derecha: el interior hacia el norte, con la salida tapiada con piedras y ladrillo moderno. Abajo
izquierda: interior de la bodega hacia el sur. Abajo derecha: Acceso cenital, visto desde el interior.

 


 


Arkeologi Ikerketa-Investigación Arqueológica.


A.3.2. UDAL BARRUTIA / TÉRMINO MUNICIPAL.

A.3.2.1. Asentamiento de San Andrés (antes denominado. Poblado de La Desilla).

Dirección: Raúl Sánchez Rincón.

Financiación: Instituto Alavés de Arqueología-Ministerio de Cultura.

 

The sondages carried out in San Andrés (Salinas de Añana, Álava) have helped clear up some of the doubts harboured regarding the site, with an unexpected stratigraphic sequence from the late medieval period being documented over the initial prehistoric occupation.

 

Dentro del Programa Ondare. Investigación de Campo, promovido por el Instituto Alavés de Arqueología / Arkeologiarako Arabar Institutua y financiado por el Ministerio de Cultura, se llevó a cabo una campaña de sondeos estratigráficos durante los meses de octubre y noviembre de 2011 en el supuesto poblado de la Edad del Hierro de La Desilla (Salinas de Añana, Álava).

Los objetivos de la mencionada intervención arqueológica iban encaminados a despejar, en la medida de lo posible (dada la parcialidad de la intervención), muchas de las dudas que se cernían sobre dicho yacimiento, tales como entidad, cronología de ocupación, potencial estratigráfico, superficie real conservada, etc. Se buscaba, en definitiva, confirmar o desmentir la existencia de un asentamiento de la Edad del Hierro en el citado paraje. Y por ende, quizá, aclarar algunos de los interrogantes aún irresolutos en relación a las formas de evolución del poblamiento antiguo en este sector de la provincia.

 

Objeto de estudio.

El yacimiento de San Andrés, conocido desde su descubrimiento con el nombre de La Desilla ( 25 ), aparece publicado en la bibliografía existente con distintas grafías según se consulte a uno u otro autor. Así, en fechas recientes, A. Plata lo cita bajo la denominación de La Isilla ( 26 ), siguiendo en este punto la propuesta realizada por F. Sáenz de Urturi ( 27 ). Sin embargo, ninguna de las denominaciones es la correcta. Si bien, J. A. González de Salazar, recoge el topónimo de La Dehesilla ( 28 ), éste debemos situarlo al norte de La Peña de Salinas de Añana. Al sur, por contra, dicho investigador sitúa el término de San Andrés ( 29 ), aunque la mayoría de los propietarios de las parcelas de la zona se refieren al paraje con los nombres de Chorrete ( 30 ) y/o Campillos ( 31 ). 

Pese a todo, todos y cada uno de los autores, coinciden en afirmar que nos encontramos ante un poblado de la Edad del Hierro.

El asentamiento se ubica al nordeste de la villa de Salinas de Añana, en un pequeño collado, bajo un cresterío rocoso que actúa de defensa natural y lo delimita por el norte. En superficie sólo se aprecian un total de tres terrazas escalonadas (superior, medio e inferior) comunicadas entre ellas, de gran alzado (hasta 9 metros de altura) y variada técnica constructiva: tipo talud o de muretes de piedra ( 32 ); conformando, a su vez, un espacio de forma tendente a lo triangular de escasa extensión si lo comparamos con otros yacimientos similares documentados en el área objeto de análisis ( 33 ).


( 25 ) AA. VV. (1987): Carta Arqueológica de Álava 1. (Hasta 1984), Vitoria, p. 89 documento nº 347. Llanos, A. (1974): «Urbanismo y arquitectura en poblados alaveses de la Edad del Hierro», Estudios de Arqueología Alavesa 6, Vitoria, p. 105.

( 26 ) Plata Montero, A. (2008): Génesis de una villa medieval. Arqueología, paisaje y arquitectura del valle salado de Añana (Álava), Vitoria-Gasteiz, pp. 49, 277.

( 27 ) Sáenz de Urturi Rodríguez, F. (1992): «Yacimientos arqueológicos y antiguo poblamiento de Salinas y su entorno», 850 aniversario del fuero de población de Salinas de Añana, Vitoria, p. 31.

( 28 ) González de Salazar, J. A. (1989): «Toponimia menor de Añana», Cuadernos de Toponimia 6, Vitoria, pp. 160-161, nº 60.

( 29 ) Ibídem, nº 64.

( 30 ) Ibídem, nº 63.

( 31 ) Ibídem, nº 65.

( 32 ) AA. VV. (1987): Carta Arqueológica de Álava 1. (Hasta 1984), Vitoria, p. 89 documento nº 347.

( 33 ) Sáenz de Urturi Rodríguez, F. (1992): «Yacimientos arqueológicos y antiguo poblamiento de Salinas y su entorno», 850 aniversario del fuero de población de Salinas de Añana, Vitoria, p. 32.


 


La cronología del emplazamiento viene determinada por el material recuperado en prospección, una serie de fragmentos cerámicos modelados a mano de aspecto muy rodado y diversos «fragmentos de molinos circulares sobre asperón» ( 34 ).

 

Asentamiento de San Andrés. En rojo, el yacimiento conocido; en azul, nuevas zonas a investigar. Superpuesto, en negro, numeración del parcelario.

 

Prospección arqueológica.


Previo al inicio de las labores de excavación se realizó una prospección visual intensiva, con recogida de materiales, no sólo del espacio enmarcado dentro del sistema de aterrazamiento antedicho (allí donde los primeros estudios habían denunciado distintos indicios del pasado de Salinas de Añana), sino que decidimos abarcar un número de hectáreas mayor. Esta ampliación, principalmente hacia la vertiente sur del yacimiento, se abordó en aras a delimitar con mayor precisión la extensión real del mismo. De esa manera, pudimos visualizar y detectar los puntos de mayor interés arqueológico en los cuales, a posteriori, disponer la mayoría de los sondeos.

La prospección superficial del entorno se practicó sobre un área aproximada de 31,63 ha de tierras llecas o dedicadas al cultivo del cereal. Una vez establecidos los límites, dividimos los tramos a explorar por parcelas, de cara a una organización y un examen del terreno más eficaz. El equipo constó de cuatro arqueólogos separados entre cinco y diez metros que efectuaron dos pasadas de prospección.

La exploración arrojó a la luz desiguales resultados en función tanto de las propias potencialidades arqueológicas de las fincas valoradas, como de la vegetación predominante en aquéllas. Así, únicamente cinco de las parcelas indagadas (99, 101, 102, 103 y 113) aportaron algún tipo de resto material, que nos remiten a horquillas cronológicas amplias: desde la Prehistoria reciente (Eneolítico/Bronce) hasta la actualidad. Mientras en las fincas 99 y 103, donde domina el monte bajo y la vegetación arbustiva, los hallazgos fueron testimoniales (en total tres items); en las parcelas 102, 113 y, sobre todo, en la 101 ­entregadas en gran parte de su extensión a la agricultura de secano­ ofrecieron un representativo elenco de piezas cerámicas, metálicas o líticas.

A la vista de ello, y debido a que no se apreciaban estructuras de hábitat indudables, la distribución de los sondeos se adecuó a la información aprehendida a través de la observación del terreno. Esto es, se decidió incidir en las propiedades 101 y 102, dejando de lado la número 113. A pesar de aparecer cerámica medieval en superficie en el extremo oriental de dicha propiedad, concentrada en una gran mancha de color rojizo, por toda la finca se advertían diferentes tipos de tierra, probablemente aportadas, que nos llevaron a relegar esta parcela y priorizar otras zonas, en principio, menos «dudosas». Asimismo se analizó un extraño aterrazamiento en forma de zig-zag localizado en las fincas 104, 105, 106 y 107. Por desgracia, no fue viable contactar con los herederos de los propietarios de las parcelas 104 y 105, restringiendo el estudio, por consiguiente, a las heredades restantes.


Intervención arqueológica.

El número de sondeos abiertos ascendió a un total de 31, proyectados en una extensa franja rectangular dispuesta a lo largo de la falda sur de La Peña de Salinas de Añana.

Gracias a aquéllos valoramos una superficie real de 78 m2 , extrayéndose un volumen estimado de 80,42 m3 de relleno, repartidos de la siguiente manera: 27 sondeos de 2 x 1 metros; 2 sondeos de 2 x 2 metros (nº 4 y 8); 1 sondeo de 2 x 2,5 metros (nº 5) y 1 sondeo de 11 x 1 que seccionó en sentido transversal el bancal intermedio del sistema aterrazado descrito previamente (nº 6).

En paralelo, se practicó un corte en un frente de terraza del bancal superior ­junto al sondeo 11­ para poder registrar de modo pormenorizado su tipología constructiva. Si bien, en gran medida, ya pudo advertirse la manera de terraplenar la ladera tras revisar un desmonte llevado a cabo no hace mucho en la finca 101. Para facilitar el paso de los tractores a los niveles superiores de la parcela, rompieron una pequeña sección del aterrazamiento intermedio de la referida propiedad. La tierra sobrante fue esparcida por la rampa de acceso lo cual nos permitió descubrir un significativo lote de fragmentos cerámicos de producciones medievales. En consecuencia, optamos por plantear varios de los sondeos previstos en este sector del yacimiento. A la postre dicha decisión nos reveló los testimonios más destacados de la investigación.

Evitaremos conscientemente profundizar en la descripción de los resultados obtenidos en cada uno de los sondeos para ahondar sólo en aquéllos que han proporcionado evidencias arqueológicas de mayor relevancia. Es decir, los sondeos nº 4, 5 y 6.

 

Sondeo 4.

Este sondeo presenta una estratigrafía sencilla pero de sumo interés histórico. Cubriendo al primero de una serie de depósitos de formación no antrópica (U.E. 404), se excavaron dos rellenos de textura arcillosa (UU. EE. 402 y 403) que aportaron un interesante conjunto de piezas de una facies avanzada de la Prehistoria reciente (Eneolítico/Bronce), formado por fragmentos de cerámica modelada a mano, algún elemento metálico y material lítico. Entre ellos resalta, por su singularidad, una pequeña punta de flecha de pedúnculo y aletas fragmentada, con paralelos próximos en el abrigo de Las Yurdinas II o en varios dólmenes alaveses como San Martín o Gurpide sur ( 35 ).

Ambas unidades parecen responder a un idéntico fin destinado a corregir el marcado buzamiento de la ladera sobre la cual fundar, a posteriori, el futuro hábitat. Aún es temprano, no obstante, para poder determinar con ciertas garantías si nos hallamos, bien ante una primera adecuación del terreno en época prehistórica, o bien en época medieval mediante el acarreo de tierra, con materiales desplazados de su posición estratigráfica original, desde algún paraje cercano. Sea como fuere, sendas interpretaciones constatan una innegable ocupación prehistórica del lugar.

En un segundo momento, ya en plena Edad Media, se procede a aterrazar y/o nivelar nuevamente el espacio. El material cerámico exhumado en dicho terraplenado (U.E. 401) data esta actividad en los siglos X-XI ( 36 ).


( 35 ) Fernández Eraso, J. (2003): Las Yurdinas II. Un depósito funerario entre finales del IV y comienzos del III milenio BC, Vitoria-Gasteiz, p. 77.

«Ese mismo tipo de punta de aletas ganchudas y pedúnculo ancho con unas cronologías bastante más reciente que la de Las Yurdinas II -yacimiento datado en una facies temprana del Eneolítico, entre finales del IV milenio y principios del III milenio BC, 1800 a 1550, es frecuente durante la Edad del Bronce en Inglaterra y se conoce como tipo `Sutton C'» (Ibídem: 78). (Las cursivas son nuestras).

( 36 ) Solaun Bustinza, J. L. (2005): La cerámica medieval en el País Vasco (Siglos VIII-XIII): sistematización, evolución y distribución de la producción, Vitoria-Gasteiz, pp. 396-398.


 


Sondeo 5.

En el sondeo 5, bajo la capa de laboreo agrícola, se ha documentado un corte conservado parcialmente en el nivel natural (U.E. 502). Se trata de un posible silo de cronología medieval cuyo relleno de colmatación destaca por la total ausencia de material arqueológico, exceptuando los restos del esqueleto de un cánido de mediano tamaño. La fechación radiocarbónica de los huesos del animal nos ayudarán a acotar el marco temporal donde enmarcar tan peculiar depósito. Hasta entonces, cualquier intento de restringir su cronología, descansará sobre argumentos poco o nada sólidos, a la fuerza de carácter altamente especulativo.


Sondeo 6.

La rica secuencia estratigráfica registrada en el sondeo 6 comienza, como en el sondeo 5, con la apertura de un probable silo en el sustrato geológico.

Al igual que aquél, el material arqueológico hallado en su relleno de amortización es escaso (un fragmento cerámico modelado a mano, un resto óseo de fauna y una lámina de sílex retocada); empero, se diferencian en que éste (U.E. 626) fue sellado por sucesivos estratos articulados, al menos en dos fases medievales.

En una primera fase se depositan varios rellenos de nivelación en la mitad norte del sondeo (UU.EE. 625, 623, 628, 621, 624 y 622). Tras ello, no sabemos cuánto tiempo después ( 37 ), se aumenta el área aterrazada hacia el sur con varios aportes de tierra que buscan salvar el acusado desnivel del lugar (UU. EE. 619, 620 y 618). Cubriendo dichos estratos, se extiende finalmente un paquete de gran compactación, de color grisáceo-marrón, que genera una superficie plana (U.E. 614) sobre la cual reorganizarán el nuevo hábitat.

Sobre esta superficie se desarrollará, en lo sucesivo, un espacio habitacional y/o productivo de difícil caracterización conformado por un gran corte ­¿fondo de cabaña?­ (U.E. 613) y diversos agujeros de poste (UU.EE. 607, 611, 615, 616 y 617), abandonado en un momento impreciso de las centurias X-XI.

En una segunda fase, de cronología medieval incierta, la ocupación anterior desaparece bajo una nueva nivelación del terreno (UU.EE. 602 y 605) en la que se practican hasta dos agujeros de poste cortando uno al otro (UU.EE. 603 y 609).

 


Conclusiones.

En el estado actual de nuestros conocimientos, a expensas del estudio exhaustivo de los diferentes materiales exhumados durante la intervención, pruebas de C-14 y distintas analíticas, podemos afirmar sin temor a equivocarnos en exceso, que:

-El yacimiento de San Andrés se distribuye en torno a la finca 101 ­especialmente­ y el sector oeste de la parcela 102. No debemos descartar, sin embargo, que tal vez el mismo se extienda hasta la finca 113, tal y como denuncian los restos de cultura material recogidos en superficie en la susodicha propiedad.

-En él se conserva una facies prehistórica de cierto porte, aunque aún es anticipado aventurar cualquier intento de caracterización.

-En época medieval se pone en marcha un ambicioso proyecto de transformación del paisaje precedente que conlleva un enorme esfuerzo colectivo por parte de la comunidad aldeana en aras a acometer con éxito el aterrazamiento de la ladera circundante.

-A la vista de las producciones cerámicas detectadas «en fase» en los rellenos constructivos de las terrazas, realizadas mediante el «sistema de desmonte terraplén con relleno episódico" ( 38 ), hemos de situar la citada empresa en un contexto previo a la concesión de la carta puebla a la villa de Salinas de Añana. Es decir, dentro del entramado aldeano dispuesto en redor de la explotación salinera. De hecho, a escasos metros, hacia el suroeste, algunos investigadores sitúan el núcleo de Terrazos.


( 37 ) El reducido pero homogéneo repertorio cerámico, sin apenas formas reconocibles (preeminencia del Grupo VI y el tipo formal Olla 3), recuperado en sendas nivelaciones, debe datarse entre los siglos X-XI (Ibídem).

( 38 ) Ballesteros Arias, P.; Blanco-Rotea, R. (2009): «Aldeas y espacios agrarios altomedievales en Galicia», The archaeology of early medieval villages in Europe, Bilbao, p. 125.


 

 

R. Sánchez Rincón.

 

 
ARAMAIO.