LA
LEYENDA DE ESTÍBALIZ.
De intento
he dejado para el final de este trabajo una tradición, quizás la más
genuina de la comarca alavesa con el fin de que sirva así como de sello
a cuanto he expuesto hasta aquí, todo lo cual es verídico y probado
más o menos rotundamente.
¿Tiene
la tradición de referencia el mismo grado de certidumbre?. Desde luego
que no; pero en pago, y rindiendo parias a la sinceridad, me
atrevo a asegurar que esta tradición no es tampoco un futil consejo, no
es uno de tantos cuentos de los que saborea la sencillez de los
campesinos al calor el hogar en las largas veladas de invierno.
No: la
leyenda de los Juicios de Dios y Desafíos y Desagrabiamientos de
Estíbaliz, tiene no sólo su fundamento histórico, sino que también
su verosimilitud, como ya traté de demostrar en otra parte. (1)
Como
entonces decía, el relato de los Juicios de Dios, además de haber
pasado de tradición constante de padres a hijos, en la tierra euskara,
hace mención de él Lope García de Salazar (2)
y el licenciado
Ibáñez (3),
el primero al ocuparse de los bandos gamboino y oñacino, y el
segundo poniendo en boca de D. Munio, Obispo de Álava, una Exhortación a
los alaveses para que no manchen sus manos en la sangre de sus convecinos
el 1º de Mayo. Pero de estos documentos hacemos caso omiso; del de
Salazar por no ser muy explícito, respecto al lugar de las contiendas, y
del de Ibáñez por ser muy dudosa su autenticidad.
No sucede
lo mismo con el documento que referente a este hecho cita Lazárraga (4).
Es este documento un Real
Privilegio del rey de Navarra D. Sancho el Mayor, echado en la era de
1000, y en el que entre otras cosas dice así: "Et mas, en cuanto a
los desafíos et desagrabiamientos que han acostumbrado como fasta aquí,
los fagan et puedan facer de aquí adelante, somo el Otero de Estíbaliz;
es á saber: en los días primeros del mes de Mayo después del sol salido
fasta el sol entrado, et non dende más adelante, nin primero fasta otro
día primero de Mayo de otro año, et se pueden hedir todos los
homes unos á otros en razón de sus fechos et agrabiamientos cualquiera
día que dicho es desuso fasta sol entrado, de cuerpo á cuerpo et nenguno
les pueda contrallar, fuera aíde que no puedan fogar nin facer tales
peleas con ballestenes, nin saetas, nin con otras armas de lanzas, dardos
et espadas, et pabeses, Y."
Landázuri, notable
historiador alavés, (5), a pesar de reconocer que
Lazárraga fue un escritor muy erudito, muy sesudo y muy exacto, no
reconoce la autenticidad de este documento fundándose: ya que está
fechado en la era de 1000, tiempo en que aún no reinaba en Navarra D.
Sancho el Mayor; ya en que los obispos D. Benito, D. Munio y D. Sisebuto,
que confirman el Privilegio, tampoco eran obispos en aquella era; ya
en que Garcianes, Fernando y Ramiro, hijos del rey citados en el
Privilegio, no existían entonces: ya que en la inicial V con que se cita
a la reina en el Privilegio no es la inicial del nombre de aquella reina
que debía ser M, por llamarse Dª Mayor: ya que en el privilegio se cita
en castellano, y entonces se escribía en latín.
Y aparte de esto, rechaza
los Desafíos de Estíbaliz, por ser opuestos al carácter honrado y
cristiano del pueblo alavés.
Guardando las muchas
consideraciones y respeto que me merece este ilustre escritor,
permítaseme apuntar que, a mi juicio, no está Landázuri en lo cierto ni
mucho menos en lo relativo a este asunto. Veámoslo.
Es notorio que en España
se ha contado el tiempo o bien por la era cristiana, que comenzó con el
nacimiento del Salvador, o bien por la era española o del César
que comenzó 38 años antes, con la sumisión total de España a Cesar
Augusto: por lo cual esta era tiene 38 años más que la cristiana.
Dado este antecedente, la
cuestión principal de este asunto estriba en esta pregunta: ¿Al citar
Lazárraga la era de 1000 para fecha del Privilegio de D. Sancho el Mayor,
se refiere a la era española o a la cristiana?. Para Landázuri se
refiere a la primera que equivale al año 962 de la era cristiana, y en
tal caso tiene perfecta razón en sus observaciones; pero en mi concepto,
nada más lejos de la verdad, Lazárraga escribió en 1593, época en que
todo el mundo contaba en España por la era cristiana, era que se
introdujo en nuestra patria ya en el siglo XIV, luego lo regular, lo
lógico lo casi seguro que Lazárraga contara por la única era usada en
su tiempo, que era la cristiana; y en este caso Landázuri no tiene
razón, porque huelgan todas las dificultades que él encuentra en el Real
Privilegio.
Siendo esto así, la era de
1000, fecha del documento, corresponde no al año de 962, (según la era
española), si no al año de 1000, (según la era cristiana), y en tal
caso, todo resulta conforme. En el año de 1000, reinaba D. Sancho el
Mayor en Navarra; en el año de 1000 D. Benito, D. Minio y D. Sisebuto
confirmantes del Privilegio regían sus sillas: y en el año de 1000
podía D. Sancho (cuya fecha de matrimonio se ignora), tener ya sus
tres hijos Garcianes, Fernando y Ramiro; quedando de este modo deshechas
las tres primeras dificultades que Landázuri encuentra.
Como por otra parte es
axiomático entre los paleógrafos que el tiempo borra los rasgos más
débiles de las letras en los manuscritos antiguos, ¿qué dificultad hay,
sino muy al contrario, en que el tiempo haya borrado en el documento los
rasgos laterales de la M, inicial del nombre de la reina, convirtiendo la
dicha M en V?. Ninguna: antes bien esto ha debido de suceder, y si tal ha
sido, todas las dificultades desaparecen: pues la de que los Privilegios
en aquél tiempo se daban en latín, y Lazárraga lo cita en castellano,
nada, absolutamente nada prueba, en razón a que Lazárraga escribiera
para el público, y como éste no entendía más que el castellano,
que era el lenguaje usual, dio el Privilegio en castellano para que
pusiesen entenderlo
Por lo que hace a la
afirmación de Landázuri de rechazar los Desafíos de Estíbaliz, por
considerarlos ofensivos, para el carácter del pueblo alavés, siempre
honrado y cristiano, tampoco nos parece que el ilustre historiador está
en lo cierto. La comarca alavesa, como muchas otras de España, se vio
arrastrada durante el periodo final de la edad media, por las impetuosas y
sanguinarias corrientes del espíritu de banderia: como así lo acredita
la historia de las guerras de bandos en Álava, que asolaron esta comarca
durante tres centurias. Las generaciones de entonces nacían arrulladas
por el fragor de las armas, se educaban en la pelea, y su única
ocupación era el combate. ¿Qué tiene pues de extraño que se encarnara
tenazmente en ellas la bárbara idea de lavar sus ofensas y de satisfacer
sus ambiciones por medio del duelo, cuando la lucha era su ocupación
favorita?. Así efectivamente sucedió, llegando el caso de que siempre
encontraban su mejor razón en el puño de su espada.
Había que cortar este mal:
había que matar tan brutal costumbre. Más ¿Cómo? ¿Prohibiendo
terminante y rigurosamente el desafío?. Imposible: la corriente hubiese
arrollado tan loca pretensión. Había que buscar un medio lento y
gradual, pero seguro, para concluir con tal tendencia; y he aquí lo que
sabiamente hizo la Cofradía del campo de Arriaga; dificultar el desafío,
poniendo a su ejecución habilidosas cortapisas. A tal fin se ordenó, que
sólo pudiesen tener lugar los desafíos el día 1º de Mayo, para que el
mucho tiempo trascurrido entre la ofensa y su reparación mitigase
los rencores despertados durante todo el año; se ordenó que los
duelos fuesen sólo en Estíbaliz, a fin de que el Abad, con la unción de
su palabra, persuadiese a los rencorosos a desistir de la lucha
hasta en el último momento: se prohibieron para tales duelos todas las
armas usuales, al objeto de que los que se batieran, empleando armas a que
no estaban acostumbrados, se causasen menos daño: en una palabra, se
ideó todo género de trabas, para que los males causados por el desafío
fuesen todos lo menos posibles. Los desafíos de Estíbaliz, no son pues,
como con estrecho criterio juzga Landázuri, una nota desfavorable para el
pueblo alavés: antes al contrario, son una nota muy honrosa para la
comarca alavesa, y demuestran el espíritu previsor y altamente
civilizador de sus legisladores.
Esto sentado, he aquí
ahora la leyenda de los Desafíos de Estíbaliz.
(1)
-Leyendas
alavesas, segunda serie, página 2 y siguientes.
(2)
-Bienandanzas
y fortunas.
(3)
-Vida
de San Prudencio, Disertación IV.
(4)
-Gobierno
antiguo de Álava (manuscrito).
(5)
-Historia
civil de la M N. y M. L. provincia de Álava.